Imagina tu vida como un largo viaje por carretera, y tú eres quien está al volante. El camino es la vida misma, llena de paisajes cambiantes, desafíos y paradas que marcan el andar de tus pasos.
Tú eres el/la conductor/a (Yo): Tu rol es el más importante. Tú decides a dónde ir, a qué velocidad, y qué desvíos tomar. Eres quien sostiene el volante, quien lee el mapa y quien, en última instancia, es responsable del viaje.
El vehículo (Laboral): Tu carrera y tus finanzas son tu vehículo: es la herramienta que te da la estabilidad y la libertad para moverte por la carretera. Un vehículo bien mantenido te permite viajar sin preocupaciones, mientras que uno en mal estado puede dejarte varado.
Los pasajeros de la cabina (Pareja): Tu pareja es el copiloto que te acompaña, te da apoyo y con quien compartes las decisiones del viaje. Es una conexión íntima y única que hace el camino más ameno y significativo.
Los pasajeros de atrás (Familia): Tu familia es un apoyo constante, el equipo que te ha acompañado desde el inicio del viaje. Aunque no siempre están en la cabina, sabes que están ahí para sostenerte y darte un sentido de pertenencia.
El mantenimiento del vehículo (Salud): Tu salud es el cuidado constante de tu vehículo. Las revisiones de rutina, el cambio de aceite y el cuidado de los neumáticos (hábitos saludables y bienestar mental) son vitales para que el viaje no se detenga. Si lo descuidas, el vehículo se avería.
Tu vida, tu viaje por carretera
Las paradas de descanso y el paisaje (Social): Son las personas que conoces en el camino. Los encuentros inesperados, las conversaciones en las paradas de descanso o los otros viajeros que te acompañan por un tramo. Estas interacciones enriquecen tu viaje, te dan nuevas perspectivas y te hacen sentir menos solo en la carretera.
El mapa y el GPS (Autoeducación): El mapa te ayuda a trazar tus rutas, a entender los caminos y a descubrir nuevos lugares. Es el aprendizaje continuo que te da las herramientas para ser un/a mejor conductor/a cada día.
Por: Ileana Mercado